Y aquí tenemos la receta Red Velvet del mes de noviembre. Una modificación muy modificada de los Bollos de Chelsea que en nada se parecen a los que ya tenemos publicados aquí, sólo en la forma.
Debo reconocer que siendo la 11ª receta ya red velvet, ha sido la única con la que me he sentido rara al llevarmela a la boca, no cuadraban en mi mente los datos: bollos y rojo al mismo tiempo. Eso sí, muy ricos.
Como todo bollo es perfecto para acompañar un café o un chocolate calentito ahora que viene el frío, incluso el te (es que ahora me ha dado por beber te, rojo claro, jajaja). No son muy dulces, claro que eso lo podeís solucionar poniendo más cantidad de azúcar o incluso espolvoreándola por encima antes de poner en el horno, eso lo dejo a vuestra elección y la de vuestro pancreas, jajaja
Ingredientes para 9 bollitos:
masa:
– 110 ml de buttermilk*
– 15 gr de mantequilla con sal a temperatura ambiente
– 1 huevo ligeramente batido
– 1 cucharadita de pasta de vainilla
– 2 cucharadas de azúcar
– 280 gr de harina de fuerza
– 1 cucharadita de levadura seca de panadero
* 100 ml de leche entera + 10 ml de zumo de limón con reposo de 10 minutos antes de usar
relleno:
– 150 gr de queso de untar
– 50 gr de azúcar glass
Preparación:
con panificadora: ponemos los ingredientes en la cubeta siguiendo las instrucciones del fabricante, en mi caso primero los líquidos: buttermilk, mantequilla, huevo y vainilla. Y después los sólidos, por este orden: azúcar, harina y levadura. Programa solo amasado durante 15 minutos.
sin panificadora: en un bol mezclamos la harina junto con el azúcar y la levadura seca. Hacemos un hueco en el centro y ponemos la mantequilla, el huevo y el buttermilk. Amasamos durante 10 minutos hasta formar una masa uniforme.
En ambos casos dejamos descansar la masa en un bol aceitado durante 1 hora (tapamos con un paño).
Mientras esperamos a que suba la masa batimos los dos ingredientes del relleno y refrigeramos.
Pasado el tiempo de levado, desgasificamos la masa y estiramos sobre la superficie de trabajo ligeramente pintada con aceite (muy poco), estiramos la masa hasta formar un rectángulo y rellenamos con la crema de queso. Enrollamos y troceamos con un grosor de 1.5 cm aproximadamente.
Ponemos las porciones separadas dentro del molde elegido, debidamente engrasado, y dejamos levar nuevamente durante 1 hora.
Horneamos a 180º (yo con aire) durante 25-30 minutos.
A disfrutar!!!
Ya sabes que me llama un monton lo red velvet y te superas cada mes con las opciones que nos das. Menuda pinta tienen los buns. Me encanta como han quedado.
Muak
Bea
Algún dia tendré que probar el red velvet, aunque dicen que o te encanta o lo detestas, vete tu a saber. Es cuando menos original ver esos bollos con ese color rojo, parecen florecillas. Pero cojo la idea para unos sin, por si las moscas.
Un beso
Me extrañaba no ver el red velvet y a la vez me preguntaba que harías esta vez, me sigues maravillando, guapa! este me parece además de muy rico muy navideño, ideal para una mesa en las próximas fiestas.
Un besito
que bonitos, parecen flores
¡¡besos¡¡
Si que tiene que sentirse raro comerse un bollo colorado, pero el aspecto es precioso.
besicos
Otro mes superado, a ver en diciembre con que nos sorprendes !!!
Un bollo super vistoso y seguro que riquísimo.
Me gusta que no sea excesivamente dulce, que yo soy muy golosa y me encanta el dulce, pero … hay bollos que algunas veces tienen excedentes de dulzor.
Besotes
Si que es diferente, pero ha quedado muy bonita, un bouquet de rosas
Muas
Eso del color es muy común, como si nos hacen comer algo azul, o lila, nuestra mente no está habituada y por norma lo rechaza, y tanto el paladar como nuestro cerebro se tienen que habituar y disociar el color a algo no comestible… y después de este rollo científico-gastronómico, decirte que el red velvet me encanta, aunque nunca lo he probado de hacer, y este tuyo no iba a ser menos!
A ver si finalmente me animo y pruebo con alguna de tus recetas, que serán un éxito seguro!
Besos!
Es raro. A veces asociamos la comida con una forma o un color y nos resulta extraño que cambie su aspecto, nos sentimos no sé si inseguros o simplemente desconcertados.
Yo asocio los colorines con las comidas de plástico (los precocinados, los dulces, esas cosas) pero sí utilizo a veces colorantes en mi cocina… contradicciones contradicciones…