Estamos en plena temporada de tuber melanosporum, o lo que es lo mismo, la trufa negra. Y nosotros todos los inviernos nos hacemos con una trufa que aprovechamos los 10 primeros días fresca y después congelamos para disfrutar de ella durante unos cuantos meses.
Desgraciadamente para los truficultores, con la pandemia ha caído la demanda de trufa. Y es que, entre que muchos restaurantes no han abierto y los que lo han hecho no pueden operar con normalidad… y que, muchos de sus clientes son franceses y no pueden cruzar las fronteras, el precio ha tenido que bajar.
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